Ningún poseedor de un jardín, aunque sea reducido, puede resistir la tentación de plantar árboles frutales para poder disfrutar de su propia cosecha.
El cultivo de dichos árboles requiere un buen conocimiento de las diferentes especies frutales y de sus variedades, así como de sus exigencias en cuanto al suelo, la exposición, el clima, etc.
Pero es especialmente importante elegir bien la forma que se les tiene quedar y aprender los pasos de todas las etapas de la poda, desde que se adquiere el árbol o el arbusto hasta el momento en el cual, debido a su edad o a un cuidado negligente, produzca cada vez menos frutos.
COMPRAR Y PLANTAR EN EL MOMENTO ADECUADO
COMPRA
Compre a un arbolista próximo a su casa, quien le propondrá variedades que se han desarrollado en el mismo clima, variedades locales injertadas en los portainjertos mejor adaptados a la forma elegida y al suelo. Siga sus consejos cuando compre sus árboles, puesto que determinadas especies (ciruelo, guindo, manzano, melocotonero, peral, etc) no fructificarán adecuadamente si ha adquirido variedades que se polinizan entre si.
Los árboles frutales a pleno viento y en palmeta se compran más frecuentemente con las raíces desnudas. Los árboles destinados a la venta se arrancan desde finales de octubre, con el descenso de la savia, y las raíces se cortan a unos 40 cm del tronco, conservando unas buenas raíces, pero sin tierra alrededor. Los encontrará en macetas o en jardineras desde principios de noviembre y hasta finales de marzo, colocados en zanjas para retoños, es decir, enterrados en una trinchera, alineados los unos con los otros, por especies.
Aunque su terreno no está preparado, no espere al último momento para adquirir sus árboles. De este modo evitará el disgusto de que acabe el stock de las variedades que había elegido y obtendrá ejemplares de mejor calidad que a final de temporada. Podrá mantener sus frutales en zanja.
Compre solo arboles bien formados, con las ramas bien cuidadas, sin heridas, con el punto del injerto bien soldado y con las raíces sin dañar, con una buena melena de raicillas
PLANTACIÓN
La plantación de los árboles con raíces desnudas también se lleva a cabo entre principios de noviembre y finales de marzo, durante el período de reposo vegetativo, siempre que no sufra heladas. En suelo arenoso y bien drenado, plante cuanto antes, en noviembre- diciembre, como aconseja el refran 'en el día de Santa Catalina todo árbol echa raíz". Por el contrario, espere a finales de invierno si su terreno es pesado y arcilloso.
Ocasionalmente los árboles, y en especial los arbustos cultivados en tiestos o en contenedores, se pueden plantar fuera de este período. En este caso, vigile con regularidad el riego durante el año siguiente a su plantación.
El suelo ideal para frutales se compone de un 70% de arena, un 20% de arcilla o de limo, un 5% de humus y un 2-5% de caliza activa.
